El Xeneize se quedó afuera de la Copa en octavos tras perder por penales (6-5) ante el Corinthians. Rossi tapó dos, pero fallaron Villa, Benedetto (erró dos) y Ramírez.
La pelota duerme en las manos de un hincha en la segunda bandeja. Y no vuelve. Es la única imagen que le faltaba a la crónica de la despedida de Boca de la Libertadores. El adiós a la obsesión. Por segunda vez en la noche, Darío Benedetto estaba parado a 12 pasos de Cássio. En la primera oportunidad, en el primer tiempo, el día que al Xeneize le dieron un penal legítimo por VAR, el Pipa reventó el poste. Clank. Esta vez, el 9 se paró para sellar el boleto a cuartos de final. El quinto remate de y una definición de 16 disparos (ocho por equipo) para ponerle fin a una paridad absoluta de 180 minutos. Pero ahora ni al arco le acertó el goleador en una fría noche en la que el local tuvo todo para ganar y pasar de fase. Pero la alegría es brasileña y, como en la final hace diez años, Corinthians vuelve a imponerse: 6-5 en los penales. Chau Libertadores, hasta el año que viene.