Animan un circuito nómade que los lleva de madrugada por diferentes clubes. Son tan buenos que aseguran que les ganaron a futbolistas de la Scaloneta.
La Sub 21 es un equipo de potrero que juega futsal y tiene el renombre suficiente para aceptar desafíos de cualquier parte del conurbano y la ciudad de Buenos Aires. «Dónde hay un barrio que nos quiera jugar, vamos”, indica Franco Roldán, alma mater de un equipo que le debe su nombre a la serie El Marginal, en la que uno de los grupos que protagonizaba la tira, era la Sub 21. Son los mejores de un circuito de fútbol nómade que tiene vida de madrugada.
A diferencia del fútbol convencional, La Sub 21 no está contenida en un club: el equipo es todo. Se puede circunscribir el acta fundacional en Ingeniero Budge, Lomas de Zamora.
Villa Jardín, Budge, Fiorito y José León Suárez, de ahí son los jugadores, de ahí es el equipo. Son como una selección de siete futbolistas con la autodeterminación de Democracia Corinthiana de Sócrates para tomar las decisiones futbolísticas y un modelo económico socialista: la ganancia se reparte en partes iguales. ¿De cuánto estamos hablando? En promedio cada jugador se puede llevar unos siete mil pesos por día. “Ayer gané 22 mil”, apunta Roldán para graficar lo fluctuante de los ingresos. Una cuenta rápida y poco rigurosa indica que de cada 10 partidos que juegan, ganan ocho. Cuando pierden, vuelven con poco en el bolsillo: apenas el porcentaje acordado de las entradas.
El resto de los ingresos puede variar: el desafío puede ser por una bolsa para el perdedor y otra para el ganador o al cien por ciento. No es en lo único que un evento se parece a una velada de boxeo: antes del choque principal, hay una previa de tres o cuatro menores. Después, todos apuestan.
Los jugadores apuestan por ellos mismos y los espectadores, que terminan dentro de la cancha, por uno u otro. Todos ganan. La cantina no comparte ganancias, la parrilla tiene una demanda alta y es un negocio, en otra escala y de otras características, montado detrás de la pelota. La FIFA, hace lo mismo.
Hay un mito: la Sub 21 le ganó a jugadores de la Selección Argentina. No de la de futsal, sino la que dirige Lionel Scaloni. Aseguran que uno de ellos va jugar el Mundial en Qatar. Fue en Villa Caraza, Lanús, en el club San José. La fama del equipo que no perdía nunca llegó a oídos de los futbolistas de elite y por la cercanía de los barrios, conocidos en común, salió el desafío.
“Fuimos a jugar por un asado, para compartir algo. Se emocionaron y como tienen plata, dijeron: juguemos por plata. Era a puertas cerradas, para nosotros. Por 100 lucas quisieron jugar. Llegamos a 60 y no teníamos el resto, pero estábamos confiados. Re calientes quedaron y pidieron la revancha: 7 a 4 creo que les ganamos”, recuerda Roldán, como una victoria más recién entrado el 2021.Las apuestas, el motor del fútbol por plata.
El fútbol como trabajo
“No es en blanco, con recibo de suelo y obra social, pero la moneda está. Esto es un laburo”, explica Roldán que tiene 24 años y un hijo de uno y medio. Antes trabajó en el área de limpieza de un hospital y en una empresa de logística y desde hace cinco juega al fútbol. Lo hace con su equipo, pero también tiene otras changas: lo llaman como refuerzo para algún equipo. Le pagan el remís y un fijo. Si gana, algo más. Si juega (y gana) tres o cuatro partidos por semana, llega “tranquilo” a fin de mes.
“La plata es para todos igual. Si ganamos 10 y somos 5, son dos para cada uno. No nos podemos cagar entre nosotros”, remarca. Pero eso tiene que ver con el compromiso. “Si jugás en River, andá obvio, pero la prioridad es esta. Somos una referencia, ganando o perdiendo, somos siempre los mismos”, explica y lo puede pregonar: él mismo juega en Huracán pero en el club saben cuál es la prioridad. Cuando lo ficharon, lo anunciaron como refuerzo de La Sub 21. El detalle es económico: lo que el Globo le paga en una mensualidad, Roldán lo gana en una madrugada con su equipo.
“Hay gente que ve los partidos por Instagram. Nos ven de otros países, otras ciudades. La gente nos quiere ver porque ve fútbol de verdad. Lo que nosotros jugamos, que los chicos aprendan el buen fútbol, el cambio de posiciones, como en el fútbol profesional”, se jacta.La Sub 21, en acción, durante un desafío en el Conurbano.
-Vivís del fútbol ¿También te da fama?
-Me piden fotos en los bailes. La Sub 21 es re viral. Una vez el dueño de un boliche me hizo sentar en un espacio porque era de La Sub 21… Te sentís Messi. Te tratan como a un jugador de Primera.
-¿Y la carrera es más larga?
-Antes decía: si esto se corta ¿Qué hago? Pero cada día esto crece más, hay más equipos que viven de los desafíos. A mí me quedan unos cuatro años… hay más pibitos, te meten uno de 16 o 17 y te saca a pasear. Hasta que el cuerpo aguante.La gente se mete en la cancha mientras se juegan los partidos.
-¿Tienen clásico?
-En una época era Grand Bourg. Eran los mejores… Cuando empezamos no les ganábamos nunca. Después pararon y cuando volvieron les ganamos y quedó la pica: ahora nosotros estamos un escalón más arriba.