Los jugadores del conjunto Santo dieron dinero a Gariazú y Maladott para que “jueguen a menos”, la Policía los sorprendió y el tribunal los castigó.

9 de diciembre de 2021
La palabra soborno está de moda en las últimas 48 horas en el medio. En el fútbol boliviano ya hubo un caso que fue comprobado en 1992 y que fue sancionado por el Tribunal de Justicia Deportiva de la Liga (desaparecida).
¿Cómo fue la historia? El domingo 20 de septiembre de 1992, Universitario de Potosí debía recibir a San José en la Villa Imperial. Los santos peleaban el primer lugar de la tabla con Bolívar, que era puntero del certamen, pero por sólo un punto de diferencia.

En el cuadro orureño militaban los jugadores Carlos Chino Arias y William Troncoso, quienes hicieron el contacto con su excompañero de elenco, Walter Maladott, quien ya militaba en la “U”, y con el arquero Miguel Ángel Gariazú.

Foto: Colección William Martínez
Según contaron los protagonistas, los jugadores del Santo fueron pidieron a ambos jugadores que “vayan a menos”. Gariazú debía dejar pasar algunos goles y Maladott no debía convertirlos en contra de los orureños. San José se trasladó un día antes a Potosí y por la noche citaron a los dos jugadores de la “U” de Potosí para consolidar “el arreglo”.

Foto: Miguel Gariazú
29 años después, Gariazú recordó aquel episodio con lujo de detalles. “Fue una experiencia bien molesta, ya que nos citaron en un lugar para entregarnos el dinero. Nosotros habíamos denunciado antes los hechos a la Policía, quienes nos sugirieron que vayamos a la cita para sorprenderlos en el delito. Cuando llegamos y me dieron el dinero (1.000 dólares), aparecieron los agentes encubiertos y los agarraron con las manos en la masa”, contó.
“Yo estaba muy disgustado porque quisieron sobornarnos para perder, hicimos la denuncia y lo comprobamos”, agregó el exgolero de The Strongest.

Al día siguiente, todos los actores estuvieron en el encuentro que terminó igualado sin apertura del marcador.

El castigo del tribunal
El Tribunal de Justicia Deportiva de la Liga era presidido en aquellos años por el abogado Miguel Ángel Virrueta, quien recibió la denuncia del club potosino por soborno. Se abrió un proceso en contra de los jugadores y semanas después se tomó la declaración de todos los involucrados, en una audiencia que se llevó a cabo en las instalaciones de la Asociación de Fútbol de La Paz.
Con todas las pruebas a la vista, Virrueta y su tribunal sancionaron luego a los jugadores con un castigo de dos años calendario por soborno comprobado. Arias, quien transitaba la parte final de su carrera, no volvió a jugar. Troncoso, quien era más joven, retornó años después a filas de Independiente, donde se despidió del fútbol.

“Por lo que veo, sigue esta práctica extrafutbolística. Escuché la nota del jugador de Real Santa Cruz que iba a pedir incentivos a Independiente y Always Ready, esto es lamentable, ya que el fútbol es lindo y limpio de jugarlo y definirlo en la cancha. Sé que no es soborno, pero es un incentivo que molesta. El Tigre tiene todo para salir campeón y confío en que el domingo saldremos campeones ganando en cancha, como debe ser”, cerró Gariazú.
Página Siete