Mucho más rodado ahora mismo que el Madrid, el Barcelona se quedó corto en el primer Clásico de la temporada. Mereció ganar más ampliamente en Las Vegas, pero se fue a vestuarios con exiguo 1-0 que, eso sí, hizo las delicias de los culés presentes en el estadio. Pudo y debió ser mucho más, pero el triunfo sabe a mucho. Raphinha, MVP del Clásico, fue el autor del golazo que dio el triunfo al Barcelona, con muchas intervenciones milagrosas de Courtois, con un tiro al larguero de Valverde y un remate cruzado de Asensio como únicas ocasiones blancas.
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Buen Clásico para el equipo de Xavi, que se mostró más rodado y sobre todo con las ideas más claras. El guión del Clásico no cambió mucho del último: dominio barcelonista, en algunos momentos con baile, especialmente en el primer tiempo. En el segundo, con el centro del campo titular blanco sobre el tapete, las cosas se igualaron. Hubo momentos de todo, hasta de tangana: se produjo tras una entrada de Jordi Alba, merecedora de tarjeta, y a continuación tumulto con Rodrygo agrediendo al abrigo de la multitud y Militao, que antes había asistido a Raphinha en el primer gol del Barcelona, fingiendo. Y un penalti como un piano por mano en el área del Madrid en la segunda parte. Naturalmente, no señalado.
Courtois empezó pronto
A los diez minutos, Coutois ya le había sacado una a Lewandowski, que probó con un duro disparo tras una recuperación de balón de él mismo en el centro del campo. Probó y topó con el meta belga. El delantero polaco comenzó muy activo, pero Courtois volvió a evitar el gol del fichaje estrella de la temporada.
Presión alta del Barcelona y buena circulación que cristalizó en una fase de dominio azulgrana. El Madrid reaccionó con acercamientos, especialmente en una acción de Vinicius , pero sin ocasiones claras, hasta que Fede Valverde tiró a la madera en una salida de balón desordenada del Barcelona, con cierto desbarajuste. El balón llegó al centrocampista, que lo probó sin que Ter Stegen pudiese hacer más que rezar por que la precisión del chut no fuese del 100%. Afortunadamente, así fue.
Pedri dejó solo a Ansu en una recuperación desde la izquierda del ataque azulgrana, un primer desbarajuste en la salida de balón blanca desde esa zona, pero el joven Fati, con falta todavía de chispa para acabar las acciones, cruzó demasiado.
El Barcelona iba dominando, con algunos fogonazos blancos a la contra, pero tuvo que ser un regalo de esa desangelada banda derecha madridista lo que pusiese por delante al Barcelona tras los dos intentos de Lewan y el de Fati. Un error garrafal de Militao, provocado por la presión del Barcelona, dio la iniciativa en el luminoso al Barcelona. El extremo remató impecablemente la asistencia de Militao, una calamidad en el eje que, además, tenía a su derecha a Lucas Vázquez. Todo un agujero.
Buen Barcelona en este primer acto, ante un Madrid todavía de rodaje (era el primer partido de los blancos y el tercero del equipo de Xavi), con Christensen erigido en muro defensivo que rechazó un chut de Vinicious. Vio tarjeta por una de aquellas acciones que a Casemiro le salen gratis. Una acción entre Busquets y Modric, ya en el segundo tiempo, ambos con el pie en alto, la ventiló con tarjeta al capitán azulgrana. El árbitro del Clásico fue cambiado a última hora.
Goleada perdonada
Auba tuvo el segundo nada más iniciarse el segundo tiempo con un remate de cabeza, tras acción de Balde, pero el Madrid, con los cambios, buscó igualar las cosas y Asensio tuvo el empate tras brillante acción de Modric.
Jugaba mejor el Barcelona y tuvo el segundo en una internada de Kessié con pase al espacio de Sergi Roberto, una acción que destila lo que quiere Xavi para sus interiores, pero topaba una y otra vez con Courtois, que sigue siendo el mejor de su equipo. Le sacó el segundo, muy claro, a Dembélé, en contra conducida por Kessie y, casi a renglón seguido otra contra fue desperdiciada lamentablemente.
Ante un estadio, el Allegiant Stadium, con mayoría madridista, que no dejó de gritar a Piqué como si les fuese la vida, el Barcelona se anotó el triunfo en el primer Clásico de la temporada, segundo de la historia en tierras norteamericanas.